Muchas personas se preguntan si el agua con gas engorda y si puede tener algún efecto negativo en la dieta. Esta inquietud ha ganado mayor relevancia en los últimos años debido al creciente consumo de bebidas carbonatadas como sustitutos de otras opciones menos saludables. Sin embargo, para entender si realmente el agua con gas puede contribuir al aumento de peso, es importante tener en cuenta distintos factores como su composición, la presencia de calorías, y cómo afecta a la sensación de saciedad o al sistema digestivo.
¿Contiene calorías el agua con gas?
La principal preocupación cuando se habla sobre si el agua con gas engorda tiene que ver con sus valores calóricos. En su forma pura y sin añadidos, el agua carbonatada no contiene calorías, grasas, azúcares ni carbohidratos. Básicamente, es agua a la que se le ha añadido dióxido de carbono para otorgarle efervescencia. En este sentido, es tan saludable y libre de calorías como el agua natural.
El problema comienza cuando se consumen versiones saborizadas o aguas con gas que tienen añadidos como edulcorantes artificiales, jugos de frutas, sodio e incluso azúcares. Estos ingredientes pueden aumentar el contenido calórico, haciendo que sí tenga potencial para contribuir al aumento de peso si se consume en exceso. Por lo tanto, es esencial revisar las etiquetas nutricionales antes de considerar cualquier agua con gas como una alternativa saludable.
Impacto sobre la digestión y la sensación de saciedad
La influencia del dióxido de carbono
Una de las razones por las que algunos creen que el agua con gas engorda tiene que ver con cómo reacciona el cuerpo al dióxido de carbono. Al consumir bebidas carbonatadas, el estómago puede llenarse de aire o gas, lo que provoca una sensación de hinchazón o saciedad. Para muchas personas, esta sensación de llenura puede ser útil si están buscando reducir las porciones de comida. Es decir, tomar un vaso de agua con gas antes de las comidas podría ayudar a controlar el apetito.
Sin embargo, en otros casos, esta sensación provoca incomodidad, especialmente en quienes padecen problemas digestivos como el síndrome del intestino irritable o gastritis. Además, esta hinchazón, aunque no esté relacionada con un aumento de grasa corporal, puede llevar a pensar equivocadamente que se ha subido de peso, reforzando la idea de que el agua con gas engorda.
El efecto placebo del «llenado»
Otro aspecto interesante es el efecto psicológico del agua carbonatada. Algunas personas asocian las burbujas con refrescos azucarados y sienten que están consumiendo una «bebida especial», lo cual puede llevar a tomar decisiones alimenticias menos saludables bajo el pretexto de que ya están optando por una bebida «light». Esta percepción errónea puede llevar a un consumo calórico mayor en otros alimentos, lo que indirectamente hace que aumente el peso corporal, pero no por la bebida en sí.
Comparación entre el agua con gas y otras bebidas
Cuando se analiza si el agua con gas engorda o no, es clave comparar esta opción con lo que normalmente se consume en su lugar. En comparación con los refrescos tradicionales, el agua con gas es claramente una mejor opción. Mientras que los refrescos pueden contener entre 100 y 150 calorías por lata, el agua carbonatada natural mantiene su aporte calórico en cero.
En comparación con los jugos de frutas o bebidas deportivas, muchas veces percibidas como saludables, el agua con gas sigue siendo una alternativa más ligera. Incluso los jugos naturales pueden tener un contenido elevado de azúcares naturales y, por ende, muchas calorías innecesarias para quienes desean perder o mantener su peso.
¿Podría estimular el apetito?
Algunos estudios han sugerido que el consumo frecuente de agua con gas podría estimular la producción de grelina, la hormona del hambre. La grelina tiene un papel fundamental en el aumento del apetito y el deseo de comer. Si esta hipótesis es cierta, podríamos decir que sí existe una relación indirecta entre el agua con gas y el aumento de peso, no porque contenga calorías, sino porque puede incitar a comer más.
Sin embargo, la evidencia científica no es concluyente. Otras investigaciones no han encontrado diferencias significativas en los niveles de apetito entre quienes consumen agua con gas y quienes beben agua natural. Es necesario tener en cuenta variables como el tipo de bebida, la frecuencia de consumo y el resto de la dieta para comprender mejor estos efectos.
¿Qué tipo de agua con gas elegir?
La clave para evitar cualquier posible efecto negativo está en seleccionar correctamente el tipo de agua con gas. Actualmente, el mercado ofrece una gran variedad de opciones, desde aguas simplemente carbonatadas hasta aquellas enriquecidas con minerales, sabores naturales, endulzantes y otros ingredientes añadidos.
Para quienes desean mantener su peso o incluso perderlo, es recomendable optar por agua con gas sin azúcares añadidos ni edulcorantes. Las versiones con sabor pueden parecer atractivas, pero muchas veces vienen acompañadas de aditivos que alteran su valor nutricional. Leer las etiquetas y escoger productos con una lista de ingredientes simple y clara es fundamental para evitar caer en el error de pensar que el agua con burbujas es siempre una elección saludable.
Beneficios adicionales del agua con gas
Además de su bajo aporte calórico, el agua con gas ofrece otros beneficios cuando se consume con moderación. Puede mejorar la digestión, aliviar el estreñimiento y ofrecer una alternativa refrescante en sustitución de bebidas azucaradas. También facilita la hidratación, especialmente para quienes tienen dificultades para mantenerse hidratados con agua natural por falta de sabor.
En dietas de control de peso, el agua con gas puede también utilizarse como herramienta para reducir la ingesta calórica total, ya que su sensación de saciedad es mayor que la del agua natural en algunas personas. Siempre que se utilice como acompañamiento de una dieta balanceada y no como sustituto de comidas o como justificación para comer más, esta bebida puede formar parte de un estilo de vida saludable.
Preguntas y respuestas sobre si el agua con gas engorda
¿El agua con gas engorda más que el agua natural?
No. El agua con gas, al no tener calorías ni azúcares, no engorda más que el agua natural. La diferencia está en la sensación que produce en el cuerpo y en los ingredientes añadidos que puedan estar presentes en algunas versiones saborizadas.
¿Puede el agua con gas aumentar el apetito?
En ciertos estudios se ha señalado que podría haber un aumento en la producción de grelina, lo que estimularía el hambre. Sin embargo, no hay conclusiones definitivas, y este efecto no se manifiesta en todas las personas.
¿El agua con gas contiene azúcar?
El agua con gas pura no contiene azúcar. Solo las variantes comerciales saborizadas pueden tener azúcares o edulcorantes. Por eso, es indispensable leer las etiquetas antes de comprar.
¿Es recomendable el consumo de agua con gas en una dieta para perder peso?
Sí, siempre que se trate de agua con gas sin calorías ni edulcorantes, se puede incluir en dietas para perder peso, especialmente como sustituto de bebidas azucaradas o alcohólicas.
¿Por qué algunas personas sienten que la panza se les infla al tomar agua con gas?
La sensación de hinchazón se debe al gas (dióxido de carbono) que contiene esta bebida. Aunque no se relacione directamente con un aumento de peso, puede generar molestia y la sensación de tener el abdomen más abultado.
Entonces, ¿es cierto o no que el agua con gas engorda?
En términos generales, no. El agua con gas no engorda por sí sola. La clave está en cómo se consume, qué ingredientes adicionales tiene y qué hábitos alimenticios la acompañan. Por eso, es importante prestar atención a la calidad de la bebida y al contexto en el que se ingiere. Cuidando estos aspectos, el agua carbonatada puede ser aliada de una alimentación equilibrada.
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