El proceso del pensamiento es uno de los misterios más fascinantes del ser humano. A menudo nos preguntamos cómo pensamos, qué ocurre en nuestra mente y, sobre todo, en qué idioma lo hacemos. Sin embargo, esta cuestión se vuelve aún más intrigante cuando hablamos de personas que nacen sordas. Para aquellos que nunca han escuchado una palabra, ¿cómo se manifiestan los pensamientos? ¿En qué idioma o sistema piensan los sordos de nacimiento? A lo largo de este análisis, desentrañaremos estas interrogantes desde perspectivas cognitivas, lingüísticas y neurológicas.
El lenguaje y el pensamiento: una conexión fundamental
Antes de abordar directamente la forma en que piensan los sordos de nacimiento, es crucial entender la estrecha relación entre el lenguaje y el pensamiento. Durante siglos, filósofos y científicos han debatido sobre si es el lenguaje el que moldea nuestros pensamientos o si pensamos de manera independiente al lenguaje. Sin duda, el lenguaje nos permite expresar ideas, pero ¿qué sucede cuando no existe un lenguaje sonoro? ¿Podemos pensar sin palabras?
Las personas que oyen suelen pensar en su lengua materna. Esto significa que, cuando reflexionan sobre algo, lo hacen utilizando palabras, frases y estructuras de su idioma nativo. Sin embargo, el hecho de que alguien no pueda oír ni hablar en un idioma convencional no implica que no piense. Los pensamientos, como veremos, pueden ir más allá de las palabras.
El lenguaje de señas: el sistema de comunicación predominante
Para muchas personas sordas de nacimiento, el lenguaje de señas es el principal medio de comunicación. Este lenguaje, aunque visual y gestual, es tan rico y complejo como cualquier idioma hablado. Entonces, si la lengua de señas es su principal sistema de comunicación, tiene sentido pensar que también es el idioma en el que piensan.
Las investigaciones han demostrado que los sordos de nacimiento suelen pensar en términos de señas. Su pensamiento no está compuesto por palabras habladas, sino por gestos y movimientos visuales. De hecho, en sus pensamientos pueden «ver» sus manos realizando los gestos o pueden imaginar conceptos abstractos representados visualmente. Este fenómeno se asemeja a cómo las personas oyentes «escuchan» sus pensamientos en su mente.
¿Es el pensamiento visual en lugar de lingüístico?
Una pregunta frecuente es si los sordos de nacimiento, al no tener acceso al lenguaje hablado, desarrollan un tipo de pensamiento visual. La respuesta es sí, en parte. Muchos estudios han indicado que las personas sordas de nacimiento tienen una capacidad visual más desarrollada que las personas oyentes. Esto incluye una mayor habilidad para procesar información espacial y visualizar objetos con más detalle.
Al carecer del canal auditivo, su cerebro tiende a fortalecer otras áreas, en especial las relacionadas con el procesamiento visual. Por lo tanto, no es inusual que estas personas piensen de manera más visual que aquellas que tienen una experiencia auditiva. Sin embargo, esto no significa que el pensamiento visual sea una característica exclusiva de las personas sordas; también ocurre en personas oyentes, pero en las personas sordas tiene un peso mucho más pronunciado.
La lengua de señas como base del pensamiento
El pensamiento en señas es una realidad para muchas personas sordas de nacimiento. Este fenómeno ha sido estudiado a fondo, y los resultados son fascinantes. El cerebro de las personas que usan la lengua de señas se activa de manera similar a como lo hace el cerebro de las personas oyentes cuando piensan en su idioma hablado. Esto sugiere que el cerebro no diferencia entre un idioma hablado y uno gestual a la hora de procesar pensamientos; simplemente utiliza el medio disponible.
Por ejemplo, una persona oyente puede pensar «Voy a la tienda», mientras que una persona sorda de nacimiento que usa lengua de señas podría «pensar» en los movimientos de las manos que representan esa misma frase. Aunque el mecanismo sea diferente, el contenido del pensamiento es el mismo. Ambas personas están procesando la misma idea, pero a través de diferentes medios.
La relación entre el pensamiento y la lengua de señas
El hecho de que las personas sordas piensen en señas no significa que su pensamiento esté limitado. Al igual que ocurre con los idiomas hablados, la lengua de señas permite expresar todo tipo de ideas, desde las más simples hasta las más complejas. Los pensamientos abstractos, las emociones y los conceptos filosóficos pueden ser representados en señas de la misma manera que en cualquier otro idioma.
Lo interesante es que, al igual que ocurre con los idiomas hablados, las personas sordas también tienen «monólogos internos». En lugar de escuchar una voz interna, pueden visualizarse a sí mismos realizando los gestos o simplemente sentir los conceptos a nivel visual. Este tipo de pensamiento es igualmente válido y efectivo para la resolución de problemas y la toma de decisiones.
El papel del cerebro en los pensamientos de los sordos de nacimiento
El cerebro humano es increíblemente adaptable. Cuando una persona nace sorda, su cerebro ajusta su forma de procesar la información. Aunque las áreas cerebrales dedicadas al procesamiento del lenguaje no se activan de la misma forma que en las personas oyentes, otras áreas del cerebro, especialmente las relacionadas con el procesamiento visual, se vuelven más activas.
Los estudios neurológicos han demostrado que, en las personas sordas de nacimiento que usan lengua de señas, las áreas del cerebro encargadas del lenguaje son activadas de manera similar a como se activan en las personas oyentes. Esto refuerza la idea de que el cerebro no discrimina entre un idioma hablado y uno gestual. Ambos sistemas lingüísticos son procesados de manera similar, lo que indica que los sordos de nacimiento no piensan de manera inferior o limitada, sino que simplemente utilizan un sistema diferente.
Los sordos que no usan lengua de señas
No todas las personas sordas de nacimiento usan la lengua de señas como principal forma de comunicación. Algunas, por diversos motivos, no aprenden este sistema. En estos casos, surge la pregunta de cómo piensan aquellos que no tienen un lenguaje formal con el cual comunicarse.
Las investigaciones indican que estas personas pueden pensar de manera más visual y abstracta, utilizando imágenes mentales para representar sus pensamientos. Si bien es cierto que el lenguaje facilita la organización del pensamiento, no es absolutamente necesario para la existencia de ideas. Las personas sordas que no usan ningún lenguaje formal pueden desarrollar su propio sistema interno de símbolos visuales o incluso táctiles para organizar y dar sentido a sus pensamientos.
Es importante destacar que la ausencia de un lenguaje formal no implica la ausencia de pensamiento. Todos los seres humanos, independientemente de su capacidad auditiva o de su exposición a un idioma formal, tienen la capacidad de pensar. Simplemente, la forma en que organizan esos pensamientos puede ser diferente.
Las emociones y el pensamiento en las personas sordas
Uno de los aspectos más interesantes del pensamiento en las personas sordas de nacimiento es cómo experimentan y procesan las emociones. Las emociones no dependen del lenguaje hablado ni gestual, y son una parte inherente de la experiencia humana. Los estudios han demostrado que las personas sordas experimentan emociones de la misma manera que las personas oyentes. Sin embargo, la forma en que etiquetan y expresan esas emociones puede variar según el sistema de comunicación que utilicen.
Por ejemplo, una persona sorda de nacimiento que usa lengua de señas puede representar sus emociones a través de gestos específicos, mientras que una persona sorda que no usa lengua de señas puede procesar sus emociones de manera más visual o táctil. A pesar de estas diferencias, las emociones juegan un papel fundamental en el proceso del pensamiento, independientemente de si la persona puede oír o no.
La educación y el desarrollo del pensamiento en los sordos de nacimiento
El acceso a la educación es un factor crucial en el desarrollo del pensamiento de las personas sordas de nacimiento. Aquellos que crecen en entornos donde se les enseña a usar lengua de señas o a leer y escribir desde una edad temprana, tienen una mayor facilidad para organizar y expresar sus pensamientos. El alfabetismo visual y gestual que proporciona la lengua de señas les permite estructurar sus ideas de manera más clara y efectiva.
Por otro lado, aquellos que no tienen acceso a una educación adecuada o que no aprenden un idioma formal pueden enfrentar mayores desafíos a la hora de organizar sus pensamientos. Sin embargo, esto no significa que no piensen; simplemente lo hacen de una manera diferente, utilizando los recursos que tienen a su disposición, como las imágenes mentales o los recuerdos visuales.
La influencia de la cultura y la comunidad en el pensamiento de los sordos
La cultura sorda juega un papel fundamental en la formación del pensamiento de las personas sordas de nacimiento. En las comunidades donde la lengua de señas es ampliamente utilizada y aceptada, las personas sordas tienen una mayor facilidad para desarrollar sus pensamientos de manera compleja y abstracta. Además, estar rodeado de otras personas que usan el mismo sistema de comunicación refuerza su sentido de identidad y pertenencia, lo que a su vez impacta en cómo perciben y organizan sus ideas.
Por otro lado, las personas sordas que crecen en entornos donde la lengua de señas no es aceptada o donde no tienen acceso a una comunidad de personas sordas, pueden enfrentar mayores obstáculos en el desarrollo de su pensamiento. Sin embargo, esto no les impide desarrollar su propio sistema de pensamiento visual o abstracto, utilizando los recursos que tienen disponibles.
Reflexión final
El pensamiento humano es increíblemente flexible y diverso. En el caso de los sordos de nacimiento, su forma de pensar está influenciada por el sistema de comunicación que utilizan, ya sea la lengua de señas, las imágenes visuales o sistemas abstractos. Aunque su manera de organizar y procesar las ideas puede ser diferente a la de las personas oyentes, esto no implica una limitación en su capacidad de pensar. Al contrario, sus pensamientos son igual de ricos, complejos y variados, solo que se expresan a través de un medio distinto.
Entender cómo piensan los sordos de nacimiento nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del pensamiento en sí y nos recuerda que, independientemente del idioma o el sistema de comunicación que utilicemos, todos los seres humanos compartimos la capacidad de imaginar, razonar y soñar.
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