Foldit Online es un juego disponible en Internet abierto a cualquier que quiera participar, entreteniéndose montando algo a parecido a un puzzle. Hasta 240.000 personas han participado en los últimos meses.
El juego está desarrollado por los departamentos de informática y bioquímica de la Universidad de Washington. El fin del juego consiste en realidad en trastear con proteínas para lograr configuraciones o estructuras funcionales, nuevas o más eficientes, lo que otorga una mayor puntuación al jugador.
Las proteínas son cadenas de aminoácidos que necesitan de una estructura tridimensional para funcionar. Su existencia –y buen funcionamiento– es esencial en el desarrollo de los seres vivos –entre otras muchas cosas convierten los nutrientes de los alimentos en energía que el cuerpo puede utilizar–, la regulación de funciones biológicas y el sistema inmunológico.
La estructura de las proteínas, la forma en que la secuencia de aminoácidos se pliega y conecta entre sí, es la que otorga su función. Jugar a plegar proteínas permite encontrar la forma más eficiente de configurarlas, así como obtener proteínas con diferentes funciones. De todas las combinaciones posibles o probadas pueden surgir también tratamientos y vacunas contra enfermedades.
El primer éxito de Foldit se basa más en el logro que en la utilidad de la enzima resultante. De hecho, los jugadores de Foldit permitieron obtener una enzima mucho más efectiva que la diseñada originalmente por científicos en el laboratorio tras dos años de trabajo. La enzima original era funcional pero poco activa por su reducido número de pliegues o conexiones.
De modo que planteado la proteína como un puzzle los jugadores proponían su solución para unir el mayor número de contactos posibles entre los reactantes que activan las funciones. Los científicos obtuvieron 70.000 posibles soluciones.
Tras probar en laboratorio las que presentaban un mejor diseño lograron una versión mucho más eficiente y activa que el modelo originalmente desarrollado. El diseño que mejor resultó era fruto de la intuición. Lo investigadores decidieron probar a diseño a pesar de que, admite uno de ellos, «a simple viste nos pareció una locura […] y todavía no entendemos del todo cómo lo hizo.» Pero funciona.
(Vía Scientific American.)