PlayStations, PSPs y Wiis pueblan los hogares del mundo al mismo ritmo que las salas de videojuegos del planeta van cerrando. ¿He dicho del planeta? ¡No! Una pequeña nación poblada por irreductibles orientales sigue echando monedas en viejos arcades para jugar una partidita al Arkanoid, al Monaco GP y al Street Fighter. A la redacción de UK Resistance ha llegado este reportaje fotográfico, entre inquietante y enternecedor.
El establecimiento uno de los pocos locales de diversión occidental en la capital, Pyongyang, por más que se trate de una diversión con más de 30 años de antigüedad. Desvencijadas máquinas de Sega, juegos del Dance Dance Revolution y otros adaptados a la complicada situación norcoreana pueblan este desolado salón de juegos.
Artículo original, vía Weird Asian News.
Y ademas: El señor de los arcades diminutos.