Durante décadas, los videojuegos han luchado por ser más realistas, más complejos y más inmersivos, mientras poco a poco se iban convirtiendo en la forma dominante de entretenimiento para millones de personas. La capacidad de los jugadores de meterse en el juego es algo que sorprende a muchos y preocupa a otros tantos: ¿son demasiado realistas? ¿Invitan a la violencia o son inofensivos?
Un estudio de la Universidad de Luxemburgo revela que muchos jugadores tienen objeciones morales a lo que ven en el juego, a las matanzas virtuales en las que participan. Tras una sesión de ‘Call of Duty’ muchos se sienten sucios. Y necesitan limpiarse. O al menos… limpiar su joystick. Es el llamado del “efecto Macbeth” de los jugones.
Si hablamos de manera estricta, el “efecto de Lady Macbeth” es el nombre que se le da al deseo de muchos de purificar su cuerpo cuando sus creencias morales se han visto amenazadas. El origen, claro, viene del libreto de Shakespeare: en un momento de la famosa obra, Lady MacBeth, tras cometer un asesinato, tiene un sueño en el que ve sus manos manchadas de sangre, y necesita lavarlas.
Estudios previos demostraron como mucha gente, tras decir una mentira necesitan lavarse la boca, o tras escribir algún tipo de mentira con un teclado, necesitan usar agua y jabón en sus manos, y están menos dispuestos a hacerlo tras la purificación.
Ahora, dos académicos, Mario Gollwitzer (Universidad de Psicología de Marburg, Alemanía) y André Melzer (Facultad de Humanidades de Luxemburgo), han conducido una investigación que demuestra que sucede lo mismo con los videojuegos. Para ello, estudió el comportamiento de de 70 jugadores y sus hábitos tras largas jornadas de juego.
Tras las sesiones, se les ofrecía una serie de obsequios, 10 en total, de los cuales podían escoger hasta 4. La cifra es concluyente: la mitad de los regalos escogidos eran productos de limpieza. En muchos casos, para ser usados inmediatamente, tras la sesión de juego. Algunos, hasta necesitaban lavar un poco el propio pad, aunque sea para dejarlo impoluto para la próxima sesión de juego, claro.
El estudio, también habla sobre la desensibilización a la violencia, puesto que los jugadores casuales elegían más de estos objetos y se sentían más molestos con la violencia de los propios juegos, que en todo caso, siempre es virtual. Los usuarios más avezados no le daban esta importancia, y en algunos casos, no adquirían estos productos de higiene.
Sus conclusiones ya han sido publicadas en el ‘Journal of Experimental Social Psychology’. Para muchos estudiosos, el “efecto Macbeth” tiene evidente resonancia en actos tales como los bautizos y ceremonias similares de todo el mundo, en los que hay algún tipo de purificación del alma a través de la limpieza del cuerpo.
¿La utilidad del estudio? Evidentemente, seguir examinando un poco como funciona nuestra psique. Pero quizá sería una buena idea tener siempre unas toallitas húmedas cerca del PC o la Play3, para poder desinfectar nuestras manos manchadas de sangre tras una partida de ‘King of the Fighters XIII‘. La próxima vez que regaléis un videojuego, quizá estaría bien rematar el obsequio con una pastillita de jabón.
Más información sobre este «efecto» en Sciencedirect, Cosmos Magazine y The Escapist