Las personas tenemos una capacidad muy limitada a la hora de hacernos una idea de las cosas muy grandes (inabarcables para la imaginación) o muy pequeñas (invisibles para el ojo). El clásico Potencias de diez, de Charles y Ray Eames, fue la aproximación más intuitiva de la era audiovisual. Realizado en 1968, muestra a través de sendos zooms desde la realidad palpable –una pareja haciendo un picnic- hacia lo inmenso –apertura de plano hasta 1024−16 metros, el tamaño de un átomo de carbono metros, el universo entero- y hacia lo microscópico: 10. En total, 40 órdenes de magnitud en apenas 8 minutos.
Lejanamente inspirado en aquel minidocumental, la Universidad de Utah ha creado un precioso gráfico que permite comparar los tamaños de minúsculos componentes del cuerpo humano, así como moléculas y el consabido átomo de carbono. Así, averiguamos que un cromosoma humano es 50 veces más grande que el virus del sida, que a su vez es 20 veces más grande que la molécula de la hemoglobina. El gráfico se detiene en los 120 picometros del átomo, allí donde empieza el mundo subatómico. Por tanto, hay barca para seguir.